Desde el Hotel Cándido de Segovia nos esforzamos por analizar cuáles son las necesidades de nuestros clientes. Esto no lleva a realizar a diario una profunda reflexión sobre los parámetros de calidad que debemos exigirnos en un establecimiento de nuestras características: un hotel de categoría cuatro estrellas. Todo tiene que estar a punto y ningún elemento puede ser objeto de improvisación. Todo ha de funcionar con la precisión de un reloj. Es la calidad en el detalle. Por eso, llegar a un punto de equilibrio –en nuestro caso, dentro de los máximos niveles de exigencia- es una de nuestras mayores prioridades.
Pero, ¿qué es la calidad? ¿Cómo la valoran nuestros clientes? ¿La clave está en la atención profesional, la limpieza o el cuidado de las cosas? Todo a la vez y mucho más aún. En lo relativo a las habitaciones, el orden y la limpieza son prioritarias: moquetas y alfombras impecables; mobiliario en perfecto estado; puertas correctamente localizadas; grifería reluciente; secadores que funcionan bien; cristales bien limpios; ropa de cama bien planchada; papeleras vacías; colchones, toallas, televisores, calefacción, aire acondicionado, telefonía, Internet…
Son tantos los detalles que tienen que estar a punto, que nada puede dejarse al azar, desde la habitación donde se aloja el cliente, al mostrador donde es recibido cuando llega después de un largo viaje. En estas líneas nos hemos referido a las habitaciones, pero la calidad se hace extensible a todas las dependencias de nuestro hotel, incluido el parking de vehículos, los jardines, el spa, la cocina y la mesa del restaurante. ¿Preparados para comprobarlo?