Dormir en un castillo de cuento de hadas

Una de las mejores experiencias derivadas de nuestro trabajo es vivir de cerca lo que sienten nuestros clientes. Su punto de vista, su mirada, su agradecimiento ante el detalle… ¡Cuántas cosas descubrimos gracias a ellos! ¡Y cuántas veces las cámaras de fotos han recogido los detalles y los rincones que, con tanto mimo, nos encargamos de cuidar cada día! Un jarrón, el marco de un cuadro, la luz del atardecer o la atención amable de la persona que está detrás del mostrador.

También nos llama la atención de qué modo muchos clientes se refieren a nuestro hotel como un escenario de cuento de hadas. No hay carroza a la puerta del hotel ni torreón con princesa encantada, pero está claro que hay muchos detalles que contribuyen a dejar volar la imaginación. De nuevo, las fotografías que nos mandan nuestros clientes –y también las que publican en las redes sociales- nos permiten comprobar ciertos elementos que pasan desapercibidos a diario. Por ejemplo, la belleza de nuestras habitaciones; los doseles que adornan las camas; la amplia escalinata que sube al piso superior; la atmósfera señorial que impera en las estancias; el imponente trazado de la arquitectura exterior, semejante a una fortaleza; y, sin duda, el servicio de nuestros profesionales, a la altura de nuestros clientes. Todos estos detalles convierten a nuestro hotel en –casi- un castillo de cuento de hadas.

Si queréis vivir una experiencia de ensueño, el mejor plan para llevarlo a cabo es disfrutar de una estancia en el Hotel Cándido de Segovia. No podemos competir con la belleza del Alcázar –por cierto, a corta distancia de nuestro establecimiento-, pues ese sí es un auténtico castillo, y de gran belleza. No obstante, si nos elegís para alojaros, prometemos convertir en mágica vuestra estancia, de principio a FIN.

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