“Este año volveré a Segovia para pasar la Nochevieja. Lo hago porque no olvidaré nunca un Fin de Año que viví a los pies del acueducto. Tenía la sensación de transportarme 2000 años atrás. Pero hay algo más que nunca he olvidado y que me ha servido en la vida mucho más de lo que yo imaginé. Tiene que ver con Segovia, la noche de Fin de Año y el acueducto, del que llegué a contar sus 167 arcos”.
Esta es una pequeña historia de tantas que nos cuentan a diario. Llegó al Hotel Cándido de la mano de un huésped que quiere mantener el anonimato. Él, el anónimo visitante, nos contaba que este año va a comer las 12 uvas bajo los arcos del acueducto. Desde la recepción del hotel escuchábamos atónitos y expectantes la conversación mientras nos contaba por qué era tan importante para él pasar la Nochevieja en Segovia.
Decenas de personas, cada año, nos cuentan sus historias. Nos explican qué tiene de especial comer las 12 uvas a los pies del imponente acueducto de Segovia. Una tradición que nadie se pierde en nuestro país y que, os aseguramos, tiene un encanto especial en nuestra ciudad. La Puerta del Sol, en Madrid, la Plaza Mayor de Salamanca, la plaza del Obradoiro en Santiago o la Avenida de María Cristina, en Barcelona. Todos estos lugares son espléndidos para vivir las 12 campanadas de Nochevieja, pero desde el Hotel Cándido estamos convencidos de que, al menos una vez en la vida, todo el mundo debería contemplar la estampa del acueducto segoviano mientras come las 12 uvas que le traerán fortuna en el nuevo año.
Desde el Hotel Cándido os invitamos a que viváis esta experiencia y nos ofrecemos para escuchar vuestras historias y hacer de vuestra visita un momento inolvidable. Las 12 uvas, este año, bajo el acueducto de Segovia.