El Big Ben, la Torre Eiffel y el Acueducto de Segovia

Pocas -o apenas ninguna- cosas tienen en común los monumentos que encabezan el titular de este post más allá de que, con solo mencionarlos, se identifican ciudades maravillosas que merecen la pena ser visitadas, al menos, una vez en la vida. El Big Ben, en Londres; la Torre Eiffel, en París; la Catedral de Burgos o León, la colorista Catedral de San Basilio en Moscú; la Torre de Pisa… es imposible cerrar la lista en algún momento.

En Segovia también tenemos nuestros propios ejemplos. ¿Puede haber algo más universal que el Acueducto de Segovia? ¡Hasta el cochinillo y el mismísimo Cándido, Mesonero Mayor de Castilla, son conocidos en el mundo entero! Pero volvamos al patrimonio artístico, histórico y monumental. Del Acueducto pocas cosas no se han dicho… fíjate si es importante, que aparece representado en el escudo de la ciudad. Parece mentira que sus piedras se mantenga en pie, 2.000 años después, ¿verdad?

Pero junto al Acueducto, hay otros monumentos singulares en Segovia. La verdad es que así se lo indicamos a nuestros clientes cuando tenemos la menor oportunidad. Aunque a veces utilizamos un plano para realizar las indicaciones, es imposible perderse por el casco histórico, al tratarse Segovia de una ciudad muy pequeña. Pues ahí va la recomendación: no hay que marcharse de esta ciudad sin entrar en la Catedral de Segovia o el Alcázar, símbolos de la riqueza histórica y artística de nuestro país que guardamos en Segovia como grandes tesoros.

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